domingo, 21 de mayo de 2017

¡No hay más que beneficios!


¡Hola chic@s! De nuevo por aquí, intentando dejar temas interesantes y que os encante. Siempre estamos hablando de aspectos maravillosos de la música y de su diversa utilidad, pero esta vez, quiero centrarme en sus grandes beneficios y en la evolución de estos a lo largo de la historia.

A la música, y sobre todo a la música clásica, siempre se le han otorgado muy diversos tipos de beneficios. Incluso si nos retomamos siglos y siglos atrás, a lo largo de la historia hasta la Edad Media, las culturas primitivas han mantenido la creencia de que la música era un don de la divinidad y por ello era la cura a enfermedades que propiciaba el pecado, posesión de demonios, maldiciones, etc. Dicha creencia permaneció hasta la Edad Media. Otras citas históricas más cercanas, de los siglos XVII y XVIII, se acercan más a nuestras creencias y narran cómo la música mejoraba la depresión de los monarcas y el insomnio de los nobles. Felipe V contrató los servicios del cantante de ópera Carlo Broschi y el Conde Kaiserling, encargó a J.S. Bach la composición de las famosas variaciones de Goldberg. Fue en el siglo XX cuando se dio utilidad a la música como relajación, ya que se iniciaron los primeros estudios sobre los efectos fisiológicos de la música, observándose sus respuestas sobre la circulación, la tasa cardíaca y la frecuencia respiratoria. Sin embargo, el gran salto se produjo a partir de la década de los 80 con la aparición y desarrollo de las técnicas de neuroimagen. Han permitido asentar las bases científicas de hechos que hasta entonces eran inexplicables e incluso considerados como mágicos, entre ellos, la influencia de la música en la salud física y mental.

…Yo no se vosotros pero, ¿no pensáis que la música no trae más que beneficios?...

Ahora, centrándonos ahora en los más pequeños, las investigaciones que se han referido al efecto de la música sobre el cerebro infantil, coinciden en que ésta provoca una activación de las zonas implicadas en el procesamiento espacio-temporal. En sus primeros años, los niños son receptores absolutos de todo tipo de estímulos y al sentir la música de una forma tan intensa, ésta puede ejercer una influencia muy poderosa y positiva.

Algunos de tantos beneficios de la música en niños, los he reunidos aquí para vosotros:

1.     La música favorece la capacidad de memoria, de atención y de concentración de los niños.
2.   Introduce a los sonidos y significados de las palabras, fortalece el aprendizaje y contribuye a mejorar su lenguaje. Por ejemplo, las letras de las canciones, además de favorecer su discriminación auditiva, enriquecen su vocabulario.
3.  Les hace más sociables, ya que la música ofrece la oportunidad para que los niños interactúen entre sí y con los adultos.
4. Estimula su inteligencia al mejorar la habilidad para resolver problemas matemáticos y de razonamiento complejos.
5.   Es una manera de expresarse. Además, con la música, la expresión corporal del niño se ve más estimulada.
6.   Desarrolla la creatividad y estimula la imaginación infantil, puesto que la música estimula el área derecha del cerebro, mejorando así la capacidad para realizar cualquier otra actividad artística.
7.  Al combinarse con el baile, estimula los sentidos, el equilibrio, y el desarrollo muscular de los niños.
8.  Provoca la evocación de recuerdos e imágenes con lo cual se enriquece el intelecto.
9.  Estimula el desarrollo integral del niño, al actuar sobre todas las áreas del desarrollo.

10. Ayuda a establecer rutinas, las bases de una futura disciplina, creando asociaciones entre la música y determinadas actividades.

Publicado por  Lidia Macías Batista

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